obesidad y embarazo


Durante la gestación es frecuente desarrollar diferentes problemas de sueño

 

Uno de ellos son las apneas, es decir, interrupciones de la respiración que duran más de diez segundos.

Este síndrome puede llegar a causar graves complicaciones en el embarazo, por lo que debe ser consultado con el médico inmediatamente.
Cerca del 40% de las pacientes obesas y embarazadas desarrollaron apnea obstructiva del sueño en el tercer trimestre.
Este trastorno es más frecuente en mujeres embarazadas que también padecen obesidad.


Cuando hay apnea del sueño, se modifica el ritmo respiratorio y en consecuencia hay alteraciones que se traducen en baja oxigenación, la cual impacta no sólo a la gestante sino al bebé y se asocia a partos prematuros y bajo peso al nacer.
las gestantes que padecen apnea del sueño tienen más posibilidades de desarrollar hipertensión gestacional, preeclampsia y bajo peso del bebé al nacer.

 

También está asociada con un mayor grado de somnolencia durante el día.
Los cambios hormonales en el embarazo crean el escenario perfecto para la apnea obstructiva de sueño
La progesterona aumenta la inflamación en los tejidos de la garganta, el estrógeno relaja los vasos sanguíneos, lo que propicia una mayor inflamación. Incluso se libera una hormona sólo durante el embarazo, llamada relaxina, y como muestra su nombre, relaja los músculos.

 

La hipertensión aparece porque tras cada apnea, el cuerpo “despierta” y vuelve a respirar. Este despertar es un reflejo cerebral muy potente que produce una descarga que aumenta los niveles de la tensión arterial. Esto, al suceder bastantes veces a lo largo de la noche, hace que la tensión suba y baje repetidas veces, lo que puede provocar una hipertensión permanente que dé lugar a preeclampsia.

 

El movimiento fetal en las mujeres que tenían apnea obstructiva del sueño disminuyó 50% durante el sueño no-REM y en 65% durante el sueño REM.
Y….los movimientos fetales aumentaron significativamente cuando la respiración de las mujeres se normalizaba con la adaptación del CPAP

La apnea del sueño, modifica el ritmo respiratorio y en consecuencia hay alteraciones que se traducen en baja oxigenación, la cual impacta no sólo a la gestante sino al bebé y se asocia a partos prematuros y bajo peso al nacer.
La apnea puede provocar, infartos, embolias y otros eventos cerebrovasculares, alteraciones metabólicas y accidentes debido a que durante el día se mantienen somnolientos en exceso.

 

Si esta asociación entre la apnea y la eclampsia se corrobora, el tratamiento de este trastorno del sueño con CPAP, que es altamente efectivo, podría reducir las complicaciones hipertensivas del embarazo lo cual sería muy benéfico.